La Inteligencia Artificial (IA) se ha infiltrado en nuestro día a día, no como un visitante pasajero, sino como un residente permanente que está redefiniendo nuestras rutinas y hábitos. Si las redes sociales transformaron nuestra forma de interactuar, la IA está facilitando nuestras tareas cotidianas y presentando nuevos nombres en el panteón de los genios de Silicon Valley, entre ellos Mark Zuckerberg y Sergey Brin. Ahora, el nombre que resuena con fuerza es Sam Altman, el visionario detrás de ChatGPT.
Altman, a menudo comparado con figuras históricas como Oppenheimer y Galileo, está trazando su propio camino en la historia de la IA. Y este viaje apenas comienza.
En noviembre de 2022, Altman lanzó ChatGPT, un chatbot que continúa asombrando al mundo con su habilidad para generar textos, crear obras de arte e incluso conversar. Aunque ChatGPT ha catapultado a Altman a la fama, su nombre ya era conocido en el mundo de la tecnología. En 2015, Forbes lo incluyó en su lista de los 30 menores de 30 años más influyentes en el mundo de las inversiones.
Altman, un programador prodigioso y empresario perspicaz, se destacó por su habilidad para identificar oportunidades de negocio. Como presidente de Y Combinator, una incubadora de startups, invirtió en empresas como Pinterest, Reddit, Airbnb, Change.org, Asana y Stripe.
En 2015, Altman se aventuró en el campo de la IA al cofundar OpenAI, una organización de investigación dedicada a la creación de una IA segura y beneficiosa para la humanidad. Dentro de OpenAI, Altman desarrolló ChatGPT, que ha ganado una creciente base de seguidores. Sin embargo, su éxito no está exento de controversia. Como él mismo admitió, «Mi mayor miedo es que causemos un daño significativo al mundo. Si esta tecnología va mal, puede ir bastante mal».
Nacido en Chicago y con 38 años, Altman comenzó su viaje en la programación desde una edad temprana, similar a otros grandes de la tecnología como Steve Jobs. A los ocho años, desmontó su primer Mac para entender mejor cómo funcionaba. Diagnosticado con Síndrome de Asperger, como Elon Musk, Altman siempre supo que quería estudiar informática. Lo hizo en la Universidad de Stanford, alma mater de Larry Page y Sergey Brin, fundadores de Google, y William Hewlett y David Packard, fundadores de Hewlett-Packard.